Rindiendo homenaje a «la casa que construyó Babe», el estadio está envuelto por cuatro plantas de piedra caliza y granito, recordando la fachada de su predecesor, mientras que la geometría del campo conserva el trazado original. El Gran Salón, con una superficie de 9500 metros cuadrados, a través del cual llegan la mayoría de los espectadores, es la entrada pública al aire libre más grande a nivel mundial para un recinto deportivo. Aparte de la imponente impresión que provoca a cualquier persona que lo visite, el recinto cumple una función de sostenibilidad, enfriando el espacio de manera natural con el aire que fluye por sus enormes arcos abiertos, eliminando la necesidad de sistemas alternativos de aire acondicionado.
Aunque se construyó frente a la ubicación original, el nuevo Yankee Stadium ha iniciado una transformación de la comunidad del Bronx en la que se encuentra. El estadio revitalizó la zona, inyectando vida a una franquicia que, posiblemente, cuenta con la historia más longeva que cualquier otro equipo de las Grandes Ligas de Béisbol. También ha visto pasar bajo sus arcos a aficionados de todo el mundo del deporte y el entretenimiento que han acudido a ver partidos internacionales de fútbol, de fútbol universitario o de la NHL Stadium Series (facilitada por el equipo de eventos de Populous) así como conciertos de estrellas internacionales como Jay-Z, Madonna y Paul McCartney.
El nuevo espíritu comunitario que rodea a los Yankees contribuyó a motivarlos hacia el éxito. Con una base de leales aficionados y, lo más importante, un nuevo estadio, el equipo ganó la World Series durante el año inaugural del nuevo Yankee Stadium.